No hay nada más relajante que darse un baño de sales, pero, si estas sales son de Epsom y además, le añades aceites esenciales los beneficios serán mucho mayores tanto a nivel físico como emocional.
Las sales de Epsom son compuestos minerales a base de magnesio y sulfato, tienen propiedades relajantes y exfoliantes además de ayudar a eliminar toxinas de tu cuerpo.
¿Cómo prepararlo?
La dosis recomendada es un kilo de sales por cada 150 litros de agua.
Lo ideal es preparar las sales en un bol y añadir unas 20 gotas del aceite esencial que elijas.
Estos son mis preferidos:
Peace & Calming: mezcla suave y dulce que relaja.
Lavanda: apoya la relajación, limpia y alivia irritaciones leves de la piel.
Albahaca: apoya el bienestar general y calma la mente.
O puedes mezclar:
Lavanda con Ylang-Ylang: porque son aceites perfectos para la piel, equilibran tu energía y restauran la confianza y la paz.
Romero, naranja y limón: para mejorar el sistema inmune.
Espera unos minutos para que las sales absorban el aceite esencial, incorpóralas en el agua y espera hasta que se disuelvan, de esta forma se liberan sus propiedades que absorberá la piel cuando entre en contacto con el agua.
¿Durante cuanto tiempo? Entre 15-40 minutos.
Pruébalo y verás que esta sencilla práctica te aporta grandes beneficios.